martes, 6 de enero de 2015

El Fantasma de Canterville (The Canterville Ghost) - Oscar Wilde




Título: El Fantasma de Canterville (The Canterville Ghost)
Autor: Oscar Wilde
Año:1887
Género: Fantasía / Ficción / Humor

  Una familia estadounidense adquiere el castillo de Canterville, en un hermoso lugar en la campiña inglesa a siete millas de Ascot, en Inglaterra.

  Hiram B. Otis se traslada con su familia al castillo, pero Lord Canterville, dueño anterior del mismo, le advierte que el fantasma de sir Simon de Canterville anda en el edificio desde hace no menos de trescientos años, después de asesinar a su esposa lady Eleonore de Canterville. Pero el Sr. Otis, estadounidense moderno y práctico, desoye sus advertencias.

  Así, con su esposa Lucrecia, el hijo mayor Washington, la hermosa hija Virginia y dos traviesos gemelos, se mudan a la mansión, burlándose constantemente del fantasma debido su indiferencia ante los sucesos paranormales.

      
Frases

—Milord —respondió el ministro—, también me quedaré con los muebles y el fantasma bajo inventario.

"Amigo mío, un fantasma no puede existir y no creo que las leyes de la Naturaleza admitan excepciones en favor de la aristocracia inglesa." - Mister Otis

Pero apenas había pronunciado aquellas palabras cuando un relámpago iluminó la estancia sombría y el retumbar del trueno levantó a todos, menos a la señora Umney, que se desmayó.
...
—Querido Hiram —replicó la señora Otis—, ¿qué podemos hacer con una mujer que se desmaya?
—Descontaremos eso de su salario. Así no se volverá a desmayar.

—Mi distinguido señor —dijo míster Otis—, permítame que le ruegue vivamente que engrase esas cadenas. Le he traído para ello el engrasador Tammany Sol Naciente. Dicen que es eficacísimo, y que basta una sola aplicación. En la etiqueta hay varios certificados de nuestros adivinos más ilustres que dan fe de ello. Voy a dejársela aquí, al lado de las velas, y tendré un verdadero placer en proporcionarle más, si así lo desea.

Por consiguiente, lanzó su carcajada más horrible, despertando paulatinamente los ecos en las antiguas bóvedas, pero al extinguirse, se abrió una puerta y apareció, vestida de azul claro, la señora Otis.
—Me temo —dijo la dama— que esté usted indispuesto y aquí le traigo un frasco de la tintura del doctor Dobell. Si se trata de una indigestión, podrá comprobar que éste es un remedio excelente.

Es dificilísimo en los tiempos actuales agenciarse sangre de verdad, y ya que su hermano empezó todo esto con su detergente Paragon, no veo por qué no iba yo a usar sus colores para defenderme.

Usted puede ayudarme; usted puede abrirme el portal de la morada de la muerte, porque el amor le acompaña a usted siempre, y el amor es más fuerte que la muerte.

Cuando una joven rubia logre hacer brotar
una oración de los labios del pecador,
cuando el almendro estéril dé fruto
y un pequeño deje correr su llanto,
entonces, toda la casa quedará tranquila
y volverá la paz a Canterville.

     
Personajes

  Hiram B. Otis: ministro de los Estados Unidos de América, nuevo propietario de Canterville.

  Lucrecía R. Táppan, la señora Otis: esposa de Hiriam B. Otis. En su juventud fue una célebre beldad de Nueva York, y era todavía una mujer muy bella, de edad regular, con unos ojos hermosos y un perfil magnífico. Tenía una naturaleza espléndida y una abundancia extraordinaria de vitalidad.

  Washington Otis: hijo mayor de los Otis, un muchacho rubio, de bastante buena figura, que había logrado que se le considerase candidato a la diplomacia, dirigiendo al grupo alemán en los festivales del casino de Newport durante tres temporadas seguidas, y aún en Londres pasaba por ser un bailarín excepcional. Sus únicas debilidades eran las gardenias y la nobleza; aparte de eso, era perfectamente sensato.

  Virgina E. Otis: segunda y única hija de los Otis. Era una muchachita de quince años, bonita, esbelta y graciosa como un cervatillo, con mirada francamente encantadora y grandes y hermosos ojos azules. Amazona maravillosa.

  Los gemelos: los dos hijos menores de los Otis, a quienes llamaban Estrellas y Rayas porque se les encontraba siempre juntos. Eran unos niños encantadores y, con el ministro, los únicos verdaderos republicanos de la familia.

  Señora Umney: ama de llaves de la señora Otis, una anciana pulcramente vestida de seda negra, con cofia y delantal blancos, que, por vehementes requerimientos de lady Canterville, pudo conservar su puesto.

  sir Simon de Canterville: fantasma de Canterville. Tras darle muerte a su esposa, lady Leonor de Canterville, en 1565, le sobrevivió nueve años y luego desapareció de repente en circunstancias misteriosísimas. Su cuerpo no se encontró nunca, pero su alma culpable siguió embrujando la casa. Un viejo de aspecto terrible, con ojos que parecían carbones encendido, una larga cabellera gris que caía en mechones revueltos sobre sus hombros. Sus ropas, de corte anticuado, estaban manchadas y en jirones. De sus muñecas y de sus tobillos colgaban unas pesadas cadenas y unos grilletes herrumbrosos.Sus encías estaban desdentadas.

  lord Canterville: dueño de Canterville, un hombre de la más escrupulosa honradez, que usaba un bigote gris.

  Cecil, duque de Cheshire: mozo guapo y atolondrado, pretendiente de Virginia, de cabello rizado. Sobrino de lord Francis Stilton.

     
Opinión Personal

  Ya había leído esta corta novela años atrás, pero no pude resistir el volver a leerla.

  En más de una escena me encontré riendo a carcajadas con las singulares situaciones en las que un, hasta entonces temido fantasma, debe verse enfrentado cuando el castillo en el que deambula por décadas es comprado por una familia norteamericana, moderna y práctica, que no le encuentra ninguna lógica a los fantasmas. Y si la existencia de los fantasmas no es algo lógico, ¿por qué habría que temerles?

* * * Inicio Spoiler * * *

  Las partes que más me gustan son cuando el señor Otis le ofrece al fantasma el engrasador "Tammany Sol Naciente" para las cadenas, pues su molesto ruido no lo deja dormir. Y en otra oportunidad la señora Otis le ofrece un poco del frasco de la tintura del doctor Dobellel, pues por los gruñidos que emite el fantasma, de seguro debe estar algo mal de la garganta. Realmente genial!!!

  El final también me gustó mucho, pues deseaba saber el por qué el pobre sir Simon no podía descansar en paz y apoyo plenamente que no hay fuerza mayor que el amor para vencer cualquier maldición y reivindicar hasta al peor de los seres humanos.

* * * Fin Spoiler * * *

  Recomiendo este libro a ojos cerrados. Lo peor que puede pasar es que termines sintiendo lástima por los viejos y solitarios fantasmas que recorren los viejos castillos europeos.

     





¿Ya leíste el libro? ¿Qué opinas de él...

4 comentarios :

  1. He escuchado sobre este relato.. es un clasico pero no me he animado al leerlo.. que buena reseña :D
    sino te impota vengo a invitarte a una nueva iniciativa: http://refugiadaentelibrod.blogspot.com/2015/01/iniciativa-colabora-con-un-blog.html

    espero te unas

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    1. Que buena iniciativa... como estoy de vacaciones solo tengo internet de vez en cuando, pero cuando regrese, me uno con gusto. Un abrazo!!!

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